En el predio del Jardín Japonés nos encontramos con mas que con caminos feng-shui, lagos con peces y jardines de ensueño, también se encuentra uno de los restaurantes de comida japonesa más reconocido entre los que entienden. Por la noche la entrada es por el estacionamiento de Av. Casares y Av. Libertador, ya desde que se deja el auto se puede ver todo los alrededores del resto iluminados con lámparas de papel en blanco y rojo, escaleras y decks de madera pulida adornadas con plantas en masetas japonesas. Al entrar al resto nos encontramos con un ambiente de luz baja, con peceras enormes decorando el salón, pudiendo elegir entre la clásica mesa o el tatami con mesa baja y comer descalzos sentados en almohadones . El servicio es muy bueno, se esmeran en que nuestra estadía sea amena. El menú no es muy extenso aunque si muy explicativo en sus variedades de makis, niguiris y rolls, como así también en sus platos japoneses, después de comer se puede salir a las mesas del jardín a tomar una de sus variadas infusiones mientras se contempla el parque sutilmente iluminado. No es un lugar barato o de precios medios, pero vale la pena por lo menos alguna vez comer en un lugar donde se esmeran en alimentarnos todos los sentidos
FedeDili